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Se desploman las exportaciones alemanas fuera de la UE

Tras dos meses de caídas consecutivas las ventas a terceros países descendieron en 3.400 millones de euros en septiembre

El BCE pasa a la fase de preparación para poder implantar el nuevo euro digital

Un empleado de Volkswagen presenta un vehículo en Dresde, Alemania AFP
Rosalía Sánchez

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

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Las exportaciones alemanas ya cayeron un 0,9% en julio y un 1,2% en agosto. Pero la caída de septiembre es todavía más preocupante. Las ventas a terceros países, las destinadas fuera de la UE y fundamentalmente a China y Estados Unidos, descendieron el mes pasado en 3.400 millones de euros en comparación con el mes anterior, hasta los 57.100 millones, según informa esta mañana la Oficina Federal de Estadística.

En agosto, el descenso en este apartado fue prácticamente de la mitad. Las tasas de interés más altas y el estado de aletargamiento en el que parece estar entrando la economía global parecen estar detrás de esta desaceleración del comercio exterior el motor económico de la zona euro. En comparación con septiembre del año pasado, las ventas alemanas al exterior se desploman un 8,7%.

Estados Unidos sigue siendo el primer comprador fuera de la UE, con 13.100 millones de ventas en septiembre, pero la cifra supone un descenso del 14,5% en comparación con el mismo mes de 2022. Las exportaciones a China retroceden un 14,9%, hasta los 7.700 millones de euros, mientras que las ventas a Reino Unido se mantienen en una caída más leve, del 1,3%, hasta los 6.400 millones de euros.

Algo más previsible es la depresión de las ventas a Rusia, afectadas por las sanciones de la UE derivadas de la invasión de Ucrania y que han perdido un 43,5%. Alemania vendió a Rusia en septiembre productos por sólo 600 millones de euros y el país cae, como consecuencia, al puesto número 18 de la lista de principales destinos exteriores de la producción alemana. Antes de la guerra, ocupaba el quinto lugar de esa lista. Este comercio con los denominados terceros países representa casi la mitad de todas las exportaciones alemanas.

La caída de la demanda arrastra a la industria

Como consecuencia de esta precipitación de las exportaciones, la confianza de la industria se deteriora a gran velocidad: el barómetro de expectativas ha caído a -11,3 puntos en septiembre, desde los -6,5 puntos de agosto, según el indicador que publica el Instituto Ifo de Múnich. El dato se sitúa en su punto más bajo desde el inicio de la pandemia y habla de un duro invierno para la economía alemana. «El aumento de los tipos de interés está haciendo su efecto», atribuye Klaus Wohlrabe, el responsable del estudio del Ifo, «se está frenando con rapidez la demanda de productos alemanes».

Como consecuencia de la menor demanda, la industria alemana ralentiza su actividad y eso tiene consecuencias también sobre los costes de producción. Los precios al productor alemanes cayeron a un ritmo sin precedentes en septiembre. Los productores de productos comerciales, desde patatas hasta electricidad, demandaron en promedio un 14,7 % menos que el año anterior, en «la caída más pronunciada en comparación con el mismo mes del año pasado desde que comenzó la encuesta en 1949».

Los economistas sólo esperaban una caída del 14,2%, después de una caída del 12,6% en agosto. Es previsible que, como consecuencia de esta evolución, la tasa de inflación en el 4,5% vea próximamente considerables disminuciones. El Bundesbank considera que la inflación alemana ha tocado techo y expertos como el economista jefe de ING, Carsten Brzeski, esperan que la tasa de inflación pueda caer a finales de año hasta alrededor del 3%.

«Alemania está haciendo claros progresos en la lucha contra la inflación», afirma Sebastian Dullien, director científico del Instituto de Macroeconomía e Investigación Económica (IMK) de la Fundación Hans Böckler, «el desarrollo actual es también otra indicación de que la interpretación de la inflación actual como un aumento de los precios provocado por shocks de precios externos, especialmente en la energía, era correcta».

Preocupación de los economistas

Pero a los economistas les preocupa que la economía alemana no pueda remontar una vez dominada la inflación, debido a la pérdida considerable de mercado en el exterior y a los nuevos factores de incertidumbre surgidos en el panorama internacional, como la crisis en Oriente Medio, señalan que esta reducción de costes no es tal si se tiene en cuenta la enorme subida que registró el dato en 2022.

«La evolución se debe sobre todo a un efecto de base debido al altísimo nivel de precios del año pasado», explican los estadísticos. En agosto y septiembre de 2022, como resultado de la guerra en Ucrania, los precios al productor aumentaron más que nunca desde que comenzó la encuesta: más un 45,8 por ciento en cada caso.

Dullien también advierte contra la sobreestimación del efecto de los precios de producción sobre la inflación. Opina que una caída real de los precios al consumidor «no es de esperar, porque normalmente son más lentos que los precios de producción».

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